Memoria de Soles: danza del Quinto Sol

Una obra del 2010 basada en antiguos mitos, astronomía y astrología centroamericana.

Contempodanza, la compañía mexicana fundada en 1986, celebró sus 25 años en el 2010 estrenando Memoria de soles en el Festival Internacional Cervantino.

La obra fue una coproducción junto al Sistema de Teatros de la ciudad de México y al Fondo Nacional para la cultura y las Artes, y con motivo del Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana. Siempre con la visión particular de su directora Cecilia Lugo, Memoria... representó la cosmovisión del mexicano de hoy retomando el mito mesoamericano del Quinto Sol que mide el tiempo con la existencia de distintos soles. Cecilia reflexionó: "…el hecho de hablar de nuestra independencia y de nuestra revolución me puso a analizar mi lugar como ciudadana: ¿qué es lo que he recibido de este México actual?, ¿qué es lo que tengo?, ¿qué es lo que me da? y ¿qué es lo que recibo también y qué es lo que yo doy?".

La obra apela a la memoria ancestral, revisa los ecos sociales que han definido el rostro de México y marca el carácter cíclico de la historia: las heridas, los movimientos colectivos y las luchas que se repiten después de momentos de tranquilidad, vitalidad y sosiego, una y otra vez. Ocho bailarines danzaron la memoria histórica del país y desdoblaron sus líneas corporales para plasmar los valores, las raíces y los mitos que la integran: "Somos la suma de soles", sugiriendo que siempre que termina un Sol empieza otro. En el final aparece la lluvia cayendo sobre los danzantes, simbolizando la renovación, el nacimiento y la esperanza.

Sin embargo, el agua (inundaciones) fue el elemento que destruyó al Cuarto Sol o ciclo de tiempo en la mitología mesoamericana, mientras que el movimiento (terremotos) fue el pronóstico de destrucción para el Quinto.

Los Soles: ciclos de tiempo

Cada Sol remite al mito mesoamericano de la creación del mundo, y la tradición oral ha dejado distintas versiones de él. Una de ellas dice que Ometéotl (dios hermafrodita o pareja creadora Tonacacihuatl - Tonacateuctli) tuvo cuatro hijos, cada uno de ellos en una dirección geográfica, y que después de 600 años crearon el universo y el tiempo cósmico llamado "soles".

Los pueblos que compartían este mito comenzaron a contar el tiempo en algún momento entre el 11 de agosto y el 08 de septiembre de 3114 a.C. (la fecha es debatida). El tiempo fue medido en ciclos, cada uno gobernado por un dios y con un final catastrófico. Cada ciclo comenzaba cuando uno de los dioses se lanzaba a las llamas y así creaba un nuevo mundo. El primero, el segundo y el cuarto Sol duraron 676 años (o 13 ciclos de 52 años), mientras que el tercero duró 364 años (o 7 ciclos de 52 años). El primero fue destruido por jaguares, el segundo por los vientos, el tercero por el fuego y el cuarto por el agua.

En el Quinto Sol, el último, dos dioses saltaron a las llamas pero luego uno de ellos se convirtió en la Luna. Los antiguos pueblos también calcularon que este ciclo llegaría a su fin el 21 de diciembre de 2012, con terremotos y con gente siendo devorada por monstruos del cielo.

Los sacerdotes de aquella época observaban a las Pléyades y a Orión, consideraban los eclipses y los cometas, y sus calendarios estaban sincronizados con la trayectoria de Venus. Con sus observaciones definían la arquitectura de las construcciones, las actividades agrícolas, practicaban la adivinación y organizaban sus rituales.

También construyeron dos calendarios: la Ronda Solar (de 365 días) y la Ronda Sagrada (o Calendario Ritual, de 260 días). Ambos usaban al 20 como unidad básica de numeración y funcionaban como engranajes giratorios cuyos principios se alineaban cada 52 años, el tiempo que multiplicaron por 13 o por 7 para calcular la duración de cada Sol. En cada alineamiento, celebraban la Ceremonia del Fuego Nuevo o "unión de los años": primero apagaban todos los fuegos y luego colocaban un simulacro de incendio en el corazón de una víctima sacrificada. El mito decía que si el fuego no prendía, el Sol se destruiría para siempre.

el calendario mesoamericano es una combinación de los calendarios Ronda Solar y Ronda Sagrada

La típica representación que alude a los calendarios y a los dioses de cada ciclo de Sol es la escultura Piedra del Sol, construida entre 1427 y 1497. Originalmente con colores jade, turquesa y negro, es un bajo relieve tallado sobre basalto, pesa más de 24 toneladas, con más de 3,5 mts de diámetro y 1,22 mts de grosor. No es el calendario que utilizaban los antiguos mesoamericanos sino una especie de altar y recipiente ritual en el que aparentemente se vertían los corazones sacrificados. Luego de la conquista española, un arzobispo ordenó su entierro hasta que fue reencontrada en la plaza mayor de Ciudad de México en 1790.

foto tomada por William Henry Jackson. Detroit Publishing Co. (1887)

Como símbolo, representa al espacio, y a la creación y la destrucción del tiempo. En el disco central está el dios Tonatiuh, el Quinto Sol. A su alrededor, en otras bandas, gira el resto de símbolos.

Del centro a la periferia:

1. Tonatiuh (amarillo) con un cuchillo en lugar de lengua (pues se alimenta de sangre para seguir existiendo), y dos garras de águila que se extienden hacia ambos lados
2. las eras previas, los cuatro Soles anteriores que se leen en sentido antihorario (terracota)
3. los 20 ideogramas de los días del mes (violeta)
4. la traslación de Venus (rojo) representada en 40 cuadriláteros, llamados quincunces, con 5 puntos, más 8 triángulos o rayos apuntando a distintas direcciones
5. figuras con forma de arcos, plumas y otros detalles (azul) que se cree representan la unión del cielo y la Tierra, a los planetas Marte, Mercurio y Saturno, o a la Vía Láctea
6. dos serpientes de fuego enfrentadas y en descenso (verde); cierran el monolito y pueden estar representando la dualidad; en la parte superior, entre sus colas, está el glifo asignado al día 13 ácatl de cada mes (una caña que simboliza el cuerpo de las flechas, las cualidades guerreras y el triunfo)

Artistas y producción: bailarines Guadalupe Acosta, Irvin Guerrero, Gabriela Gullco, Saúl Gurrola, Lino Perea, Marely Romero, Ugo Ruiz e Itzel Zavaleta; en iluminación y escenografía: Xóchitl González, en diseño sonoro: Joaquín López Chapman (con piezas populares mexicanas, y canciones de Eduardo Soto Millán, Eugenio Toussaint, Alejandro Cardona y Eleni Karaindrou), en diseño de imagen: Pablo Labastida, en música: Tambuco, Cuarteto Latinoaméricano, Camerata de las Américas, Camerata String Orchestra, en vestuario: Alita Wilburn, en lectura de textos: voz de Damián Alcázar, con textos: de la novela “Camino a Baján” del historiador Jean Meyer.

Desde diciembre 2023, la compañía Contempodanza ha anunciado en su cuenta de Facebook que ha pausado sus actividades de manera indefinida.

Fuentes: El Siglo de Torreón, Chilanga, Blog de Benjamín Galván Gómez, El Universal, El mito de la creación de los aztecas, ¿Predijo el calendario maya el fin de los tiempos?, viajaBonito, Significados, Matador Network.