Angkor Wat, un templo vital

Angkor Wat, un templo vital

ARTÍCULO

Angkor Wat, un templo vital - Post en Tres Mancias

Una obra maestra de diseño, ingeniería y decoración en la actual Camboya: épica hindú, bailes, amaneceres y otras varias analogías curiosas.


¿Qué es Angkor?

Angkor es una de las 7 maravillas del mundo, un antiguo conglomerado de templos que durante mucho tiempo fueron hinduistas y hacia fines del siglo XIII se convirtieron al budismo. Dos siglos después, los sitios fueron abandonados debido a razones económicas y bélicas, mientras que en 1992, uno de sus principales templos (Angkor Wat) fue declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Angkor era la capital del antiguo Imperio Khmer (Jemer) que se extendía por todo el sureste asiático, con centro en Camboya. Esta capital se encontraba al NO de ese país y fue construida alrededor de Phnom Bakheng,  un templo asentado en una colina que simboliza el Monte Meru, la montaña sagrada del hinduismo que es el centro del Universo.

Los sucesivos reyes del imperio ampliaron la ciudad y construyeron más templos dedicados a diferentes deidades, con grandes embalses que simbolizaban los océanos rodeando a la montaña sagrada de la cosmología hindú.

Angkor se convirtió entonces en un conjunto de sitios que se extienden a lo largo de más de 400 km2, con más de 1000 templos, palacios y otras edificaciones ahora ubicadas en el medio de la selva. Los principales grupos de templos son Angkor Thom, Ta Prom y Angkor Wat, siendo este último el más colosal.


Angkor Wat - Camboya
Angkor Wat - Camboya

Angkor Wat

"Angkor" significa "capital" y "wat" se traduce como "templo", y se construyó en solo 37 años (de 1113 a 1150) durante el gobierno de Suryavarman II (traducido como "protegido por el sol"). Esto está relacionado con el hecho de que el templo está destinado a adorar a Vishnú, siendo el Sol mismo uno de sus avatares.

La entrada principal se encuentra en el lado Oeste, desde donde se puede apreciar uno de los principales atractivos: los famosos amaneceres cuando la estrella se eleva sobre la torre central durante los equinoccios.


Amanecer en Angkor Wat
Sol en Angkor Wat. Si buscas un lugar privilegiado para apreciar las puestas de sol, tienes que ir un poco más al norte, a Phnom Bakheng

Maqueta de Angkor Wat
maqueta de Angkor Wat

La construcción se basa en piedra arenisca y laterita, un tipo de ladrillo de fácil manipulación. De diseño hindú, se puede considerar como un mandala en el que algunas dimensiones remiten claramente a los yugas.

El sitio está compuesto por patios con paredes concéntricas, con un foso con fines defensivos y que también estaba destinado al suministro de agua. En el medio, una torre de 65 mts. está rodeada por otras torres cónicas en forma de hojas de loto, orientadas hacia los cuatro puntos cardinales, y que representan las colinas del Monte Meru. Las 5 torres también se pueden considerar como un único centro que está rodeado a su vez por otras cuatro torres dentro de un patio (que incluye a la torre central).

Los muros de los patios tienen galerías con bajorrelieves. La galería del muro exterior alberga el mayor bajorrelieve del mundo, dividido en 8 cuerpos (2 por lado). Y cada sección cuenta un episodio del Ramayana o el Mahabharata, comenzando con la famosa batalla de Kurukshetra al este de la entrada.


Relieves de apsaras en Angkor Wat - Camboya
apsaras en Angkor Wat

La galería del muro intermedio alberga un conjunto de más de 1500 apsaras, expertas en una de las danzas más famosas, elegantes y refinadas jamás conocidas, que es otro clásico de la atracción del lugar.

En el nivel interior, encontramos relieves de devatas. Tanto las diosas como las apsaras están representadas cada una de ellas con características únicas en sus cabezas, manos y pies:

Apsara en Angkor Wat - Camboya
apsara
Relieves de devatas en Angkor Wat – Camboya
devatas
Relieves de devatas en Angkor Wat - Camboya Relieves de devatas en Angkor Wat - Camboya

Dentro de la torre central, se encuentra una representación de Ta Reach, una de las formas de Vishnú:

Ta Reach en Angkor Wat - Cambodya
Ta Reach en la torre central


Analogías astronómicas y astrológicas

Para la construcción del templo se utilizó la unidad de codo, una medida antropomórfica basada en la distancia entre el codo y el final de la mano abierta o del puño cerrado. Esta medida se aprecia cuando se consideran las dimensiones de los ejes (ciclos del Sol) y de las circunferencias (ciclos de la Luna) del templo.

Por ejemplo, la longitud del muro exterior se relaciona con la duración de un ciclo solar porque sus ejes equivalen a 365,24 codos x 12 (o un ciclo de Júpiter). Y la circunferencia del muro equivale a 354,36 codos x 24, o un ciclo lunar anual durante 5 ciclos de Júpiter (aproximadamente 60 años).

Por otra parte, la entrada del templo señala dos formas de observar y definir el mes lunar: los días de 1 mes sinódico (29,53) y el número de días en los que es posible ver la Luna (28, el número de nakshatras o mansiones lunares en la Astrología védica).

Las famosas salidas del Sol en la torre central se pueden observar desde una distancia de 500 mts., más precisamente ubicándose en la primera escalera de la entrada. Es como si Vishnú se encontrase dentro de la torre y estuviera emanando hacia arriba.

Además, los jemeres comenzaban a contar el año nuevo luego de tres días del equinoccio de primavera, cuando también desde a sólo unos metros al sur de la primera posición de observación se puede volver a ver el Sol saliendo sobre el mismo lugar. 


Analogías cosmológicas

También hay una progresión constante en las dimensiones, desde las galerías centrales hacia la periferia, lo que recuerda que los 8 continentes concéntricos debajo del Monte Meru estaban separados por océanos también concéntricos, siendo cada uno de ellos el doble de ancho que el anterior.

Entre los ocho relatos representados en la galería más externa, uno de ellos es el del batido del océano de leche, un famoso episodio que se desarrolla en el sexto océano entre continentes.

En la historia, se buscaba terminar con una maldición echada sobre los devas, y para ello había que conseguir el néctar de la inmortalidad (amrita). Devas y asuras (demonios) jalaban alternadamente de los extremos de una “serpiente-soga” (Vasuki) que rodeaba al Monte Mandara. Los devas tiraban de su cola y los asuras jalaban de las cabezas del animal, generando una especie de movimiento de “batidora” del que emergieron las apsaras, la Luna y Lakshmi, entre otros.


Relieve de la batida del océano de leche en Angkor Wat - Camboya
relieve de la batida del océano de leche en Angkor Wat , con apsaras sobre devas y asuras

Analogía de la Tierra

Cuenta el relato que el Monte Mandara emergió  del océano (Vía Láctea) y fue ubicado al este del Monte Meru para funcionar como pivote giratorio, donde ocurriría el movimiento durante el episodio. De manera análoga, Angkor Wat se encuentra al este de Phnom Bakheng (Monte Meru) y representaría al Monte Mandara, por lo que la entrada occidental (punto de observación privilegiado del amanecer) es el sur, y la salida del Sol ocurre al norte. 

Vasuki en el Monte Mandara (el templo en sí) también simboliza al eje terrestre, con devas y asuras ubicados en el polo norte y en el polo sur, respectivamente. Incluso los relatos de la galería más externa se leen comenzando con la batalla de Kurukshetra en sentido antihorario, tal como es el movimiento de la Tierra en su traslación orbital.


Analogía de vida

Aunque hoy en día y curiosamente casi no circula información sobre ello en internet, la característica más importante y famosa de este templo era que estaba revestido de piedras preciosas, lo que convertía al sitio en un espectáculo sin igual de luces naturales, juegos de reflexión, energía y movimiento constante.

La luz solar no sólo era reflectada en y desde cada torre en los principales puntos cardinales sino que también permanecía conservada en las piedras, lo que producía que la estructura se mantuviese iluminada en cualquier momento y época del año, sin sombras estacionales, anulando así las variaciones que produce la alternancia de días y noches.

Si había alguna fluctuación temporal, sería la de cada especial interjuego de luz, calor y energía cuando los rayos solares ingresaban a las piedras desde una posición distinta cada día, a medida que el Sol hacía su traslación anual.

También se originaban otros interjuegos en y desde las mismas piedras según sus distintos tipos, tamaños, distribución e interacciones. De esta manera, cada uno de los relieves de las galerías estaría iluminado permanentemente con distintos colores e intensidades, siendo cada día un espectáculo diferente al del día anterior.

Con el Sol, encarnación de Vishnú, las piedras preciosas del Monte Mandara eran vitalizadas constantemente. Y, al estar distribuidas en las cuatro direcciones, convertían al templo (Tierra) en un lugar donde fluían la luz, el movimiento y la vida a lo largo de todo el año, con la torre central como foco principal de todo ello. Allí se producirían los mayores efectos de estas interacciones, principalmente efectos giratorios, tal como ocurría con la “batidora” que resultaba de los jaleos de devas y asuras con Vasuki, y tal como la Tierra gira sobre su eje.


Analogía elemental


Relieve Kurma en Angkor Wat - Camboya
relieve de Kurma, la tortuga épica del Mahabharata (centro inferior)

Durante el episodio de la batida, el segundo avatar de Vishnú  (la tortuga Kurma que habita en el fondo del océano) se ubicó debajo del Monte Mandara para prevenir que se hundiera con los movimientos de la “batidora”. Esta característica del relato recuerda que Angkor cuenta con un antiguo sistema hidráulico que estabiliza sus bases.

Los cimientos de los templos descansan sobre una capa de arena que podría desestabilizarse luego de la época de los monzones, cuando los suelos se contraen durante la estación seca por la ausencia de agua. Pero las capas freáticas se mantienen estables durante todo el año porque el suministro de agua subterránea es constante. 

Para ello, Angkor cuenta con un diseño hidráulico que evita las sequías. Hay estanques, canales, baray (tanques para almacenar agua), fosos, puentes y diques que aprovechan el flujo del agua en la zona y garantizan el riego y el abastecimiento. De esta manera, el gran lago perimetral nunca llega a secarse, las fluctuaciones de las estaciones no alteran el suelo, los cimientos no se hunden y las estructuras no colapsan. Esta es otra característica que refuerza el significado de vitalidad de Angkor Wat, el templo de Vishnú.

Vista panorámica de Angkor Wat - Camboya
vista panorámica de Angkor Wat

Las fluctuaciones de luz producidas por el paso del tiempo (días / noches) eran anuladas por el juego de reflejos de las torres, lo que mantenía alto el nivel de energía calórica en el lugar. Pero además del calor, el templo también señala que hay fluctuaciones que deben continuar para que la vida continúe: las del propio Monte Mandara (Tierra) que suministra agua y aire.

Los elementos naturales deben ser transformados para que se generen flujos de agua desde lo alto de las montañas. Y esto ocurre debido a que la rotación de la Tierra sobre su propio eje impulsa la transformación del agua en aire, y luego las precipitaciones.

Esto recuerda a Kurma, la tortuga de la estabilidad en la épica del relato, la que sostiene la estructura estabilizando el flujo mientras los elementos se mezclan, se transforman, varían y emergen de la “batidora”. Para la vida, la Tierra siempre debe girar. Con agua y aire fluyendo, emerge el preciado néctar o amrita, la inmortalidad que obtuvieron los devas y con la que termina la narración de la batida del océano de leche.


Ref.: Templos de Angkor, 10 curiosidades sobre los templos de Angkor Wat, Angkor y la crisis del agua, Web Archive.


Comentarios