ARTÍCULO
Un templo de piedra de la época del Reino Hitita en Asia Menor, especialmente dedicado a contar los ciclos de nodos lunares.
- Templo - Observatorio
- Cámara A
- Cámara B
- Calendario Sol - Luna
- Constelaciones & Dioses
- Signos del Zodíaco
- Visiones separadas
- Enlaces de interés
I. Templo - Observatorio
Ubicado a 150 km. al este de Ankara, la capital de Turquía, el nombre del lugar aún permanece desconocido aunque se lo denomina Yazilikaya, un término turco que significa "roca inscrita". De 80 x 50 mts., fue edificado con piedra caliza durante el reinado de Tudḫaliya IV (1236 – 1215 A.C.) pero fue abandonado 25 años más tarde, cuando el reino hitita finalizó. Y en 1986, la UNESCO lo declaró patrimonio cultural de la Humanidad.
El lugar consiste en 2 cámaras de roca natural, flanqueadas en el acceso por un conjunto de cuatro templos. Las cámaras están decoradas con relieves pero los edificios son mucho más antiguos que las decoraciones.
Los templos se hallan al sudoeste. Los rayos de luz que ingresaban a través de las entradas ayudaban a determinar las fechas de solsticios y equinoccios, mientras que las decoraciones de las cámaras indicaban fechas mucho más precisas. La estructura completa contiene más de 90 relieves, considerando deidades, animales, emblemas reales y representaciones de Tudḫaliya IV.
Los relieves en las paredes interiores de las cámaras representan deidades. Debido a que los recintos no tienen techo, han estado expuestos a la luz natural y han sufrido el deterioro que produce el clima. Pero la ausencia de techos permitía aprovechar los juegos de luz y de sombras, y así también utilizarlas como calendario y reloj estelar.
Al igual que los egipcios, los hititas expresaron muchos conocimientos y prácticas provenientes de la antigua Babilonia, y también adoptaron numerosas de sus fiestas anuales. El diseño arquitectónico y la decoración del templo - observatorio permitían deducir esas fechas a partir de la relación Sol - Luna, junto a sus revoluciones o ciclos completos, mes a mes y año a año. Pero también se medían los ciclos de nodos del satélite, algo totalmente inusual de encontrar en estructuras antiguas.
Para asentar los registros, observaban la luz que recaía sobre cada relieve y su efecto de sombra, colocando allí por debajo puntos móviles (tal vez una madera corta o una columna de piedra). Esos puntos eran movidos manualmente todos los días, a medida que la sombra se desplazaba a través del muro, indicando así el paso del tiempo.
volver al índiceII. Cámara A
Observando la decoración completa del templo, la cámara A es la que más fácilmente muestra cómo los hititas utilizaban la luz natural para hacer mediciones. El muro de la cámara se extiende a lo largo de 30 mts. y contiene 66 deidades agrupadas en 3 sectores. De izquierda a derecha: un grupo de 42 dioses, otro grupo de 5 dioses y diosas, y un tercer grupo de 19 diosas. Los 42 y las 19 se hallan orientados hacia el grupo de 5, y ambos en conjunto representan la relación Sol - Luna en un calendario que era luni-solar.
A su vez, el grupo de 42 se divide en dos grupos: uno de 12 para contar 12 meses lunares, y otro de 30 para contar los días del mes lunar. Un mes finalizaba cuando el punto móvil sobre el grupo de 30 ya había recorrido la totalidad de días - relieves. En ese momento, otro punto móvil en el grupo de 12 era movido hacia el mes - relieve siguiente de su grupo, mientras que el punto móvil del grupo de 30 retornaba al día - relieve inicial de su propio grupo.
La sombra del dios Tashmishu de la Tormenta indicaba el comienzo del nuevo mes. Aparece en el extremo izquierdo de la última foto, sosteniendo una vara que simboliza la división de períodos (en el mapa está catalogado como relieve N° 41). Se halla junto a los dioses centrales y posee alas, como todos los relieves que cuentan días hasta la Luna llena (primer hemiciclo del mes).
El grupo central de 5 podría estar relacionado a las estrellas del polo norte. Los marcadores de sombra se desplazaban desde ese sector hacia la izquierda (hacia los relieves lunares) y hacia la derecha (hacia los relieves de diosas), como si se movieran a lo largo de radios, desde un centro hacia la periferia, y en sentido contrario a la dirección que señalan las cabezas y manos de los relieves.
El grupo de 19 contaba años solares (actualmente sólo han perdurado 17 relieves). En este sector solar, los puntos móviles se desplazaban cada vez que se completaba una cuenta de 12 meses en el grupo de 42 dioses. Y cuando finalizaba el desplazamiento a lo largo de toda esta pared, el momento correspondía al inicio de un nuevo ciclo de los nodos lunares (aproximadamente cada 18-19 años). Estos relieves también contienen una subdivisión de 8 (de acuerdo a las clasificaciones arqueológicas).
volver al índiceIII. Cámara B
La cámara es más pequeña que la anterior, y se extiende a lo largo de sólo 18 mts., con una altura máxima de 12 mts., y un interior que se angosta en dirección norte - sur, de 4,5 mts. a 2,5 mts. Pero una persona ubicada en determinada posición dentro de ella podía observar a las estrellas del polo norte ubicadas en los bordes agudos de las rocas naturales.
La cámara tiene dos entradas, una de ellas flanqueada por dos relieves de guardianes, cada uno a un lado del acceso, la que conduce a un pasillo angosto hasta que se llega a la cámara. Orientada hacia el polo norte, en su interior hay algunos nichos y relieves, aunque menos que en la cámara A. Entre ellos, hay un grupo de 12, idénticos a los que marcaban meses en aquella cámara. A continuación (aunque en la pared opuesta) está el relieve N° 82, una representación de Nergal, el dios babilónico del fuego y el desierto, o los aspectos negativos del Sol (el dios luego derivó en el Marte de la tradición romana). Sin embargo, aún no se ha determinado si estos relieves eran utilizados para medir el tiempo.
volver al índiceIV. Calendario Sol - Luna
Debido a que los años solares cuentan con 365 días, y los lunares tienen 354 días, los hititas habrán tenido que sincronizar sus conteos. En los calendarios que combinan los movimientos del Sol y de la Luna, se suele sumar un mes a los 12 meses tradicionales, aproximadamente cada 3 años. La manera en que los antiguos babilónicos lo hacían era observando la posición de la Luna al tercer día posterior al año nuevo: si se hallaba junto a las Pléyades, había que añadir un mes. Pero los estudios arqueoastronómicos no mencionan si los hititas utilizaban el mismo cálculo para sincronizar. Aquí se mencionará una posibilidad alternativa para ello, aunque totalmente por fuera de las fechas arqueológicas de datación.
Hay más misterios que certezas al momento de descifrar otras mediciones posibles en Yazilikaya. Si efectivamente los hititas contaban ciclos de nodos lunares, y si esa medición se asociaba a algún tipo de ciclo relacionado al número 8 (tal como lo sugieren las 8 diosas agrupadas), entonces podría entenderse que incluso hasta contaban los ciclos de nodos lunares cada 8 revoluciones, lo que lleva a la cuenta de 144 años solares. El tiempo de esta cuenta excede por demás los datos que aportan la Historia y la Arqueología acerca del uso efectivo de la construcción.
El conteo de 144 años es también un conteo muy místico ya que alude a otros ciclos importantes: son 12 ciclos de 12 años solares (la finalización total de los trabajos de Júpiter) y también son 8 ciclos de los nodos lunares (también un retorno total al punto cero, desde el punto de vista kármico).
En un calendario luni - solar, los números 8 y 12 siempre se hallan relacionados (8 fases de la Luna y 12 meses de un año solar), por lo que también hay que relacionar los conteos de dioses con los de diosas: Luna, Sol y nodos de la Luna. Los dioses de la cámara A juntan con ellos dos mediciones en un mismo espacio: 1 año y 1 mes. Y debido a que espacio = tiempo, esas mediciones también se podrían trasladar a un mismo tiempo, en el que 1 estación solar anual = 2 fases lunares.
Pero estas equivalencias no tendrían sentido en Yazilikaya si no fuera por un relieve en particular que se destaca en ambas cámaras: el de Nergal, el dios asignado al día inmediatamente posterior a la festividad de la Luna llena (se lo puede observar a la izquierda de los relieves que sostienen una barca, en la Luna llena). El mismo dios también está ligado al misterioso conjunto de doce en la cámara B, contiguo a ellos pero sin corresponder a ellos ya que, al estar ubicado en la pared Este, no se encuentra en el mismo tiempo - espacio. Al dios entonces se lo podría considerar asociado al número 13: fin, cambio, muerte. La sombra de su relieve en la cámara A así podría estar indicando:
- el cambio de signo de los nodos de la Luna cada aprox. 1½ año, o el paso de 6 estaciones del Sol (luego de la cuenta de 12 fases lunares en la representación que se mencionó)
- el momento de sincronizar los años solar y lunar, añadiendo un mes al calendario: aproximadamente cada 3 años (luego de la cuenta de 12 estaciones anuales del Sol, en la misma representación)
En cuanto a la función de los 12 de la cámara B, hay dos correlaciones que sugieren un mismo uso: algún tipo de conteo de años relacionados con el Sol. Por un lado, los meses en la cámara A sumaban en conjunto 1 año lunar (en la Tierra). Y, debido a que esos relieves eran idénticos a los de la cámara B, estos últimos podrían haber participado en la cuenta de algún otro tipo de año. Seguramente no habrían sido los años solares en la Tierra (ya que estaban a cargo de los relieves de diosas).
Por otro lado, la cámara B contiene tres nichos, los que podrían haber funcionado para tomar notas de todas las mediciones en conjunto. Dos se encuentran en la pared Oeste (en la de los 12), y sólo uno en la pared Este, como si dos de ellos estuvieran ligados entre sí ("meses" hasta completar un "año"), a su vez determinando un tercer tipo de anotación. Llama la atención que sólo Tashmishu, quien indica el inicio del mes lunar en la cámara A (relieve N° 41), se halle junto a los relieves que se estima representan a las estrellas polares en aquella época: la vista de simulación desde la cámara B también podría haber servido para determinar el inicio de algún tipo de año que involucrase a esas estrellas.
Sin embargo, también habría un final medido, ya que esa es la idea que transmite la figura de Nergal, quien se encuentra a continuación del grupo de 12 (el conteo se efectúa de norte a sur, en el mismo sentido que en la otra cámara). Pero el relieve no comparte el mismo espacio con los 12 y, además, precede a un relieve del rey, el Sol, por lo que también estaría relacionado a alguna marcación final (13) que implicaría al astro (un cambio, al igual que en la cámara A, aunque allí en relación con la Luna).
¿Qué era lo que comenzaba, se completaba y cambiaba? ¿Qué tipo de año se podría establecer en la relación Sol - estrellas polares? El templo - observatorio aún presenta muchas incógnitas fascinantes para relacionar espacios físicos, mediciones de tiempo, divisiones de arco, números, iconografías de estrellas y perspectivas de ciclos a través del tiempo, en una observación que no encaja en absoluto con las referencias que aportan los estudios formales sobre la construcción en el lugar.
volver al índiceV. Constelaciones & Dioses
El inicio del mes lunar estaba indicado por Tashmishu, el dios babilónico de la Tormenta. La segunda mitad del mes era inaugurada con la fiesta tradicional de la Luna llena, seguida por el día de Nergal, la pantera que regía la constelación GIR.TAB (luego asociada a Escorpio). Sincronicidad, cambio y muerte aparecen ligadas entre sí, y como la contraparte del posterior nuevo ciclo de vida que siempre anuncian las tormentas.
En la tradición babilónica, la Luna llena en ZI.BA.AN.NA (Libra) se relacionaba con Shamash, el dios de la verdad y de la justicia, también llamado "la estrella del Sol", y que solía estar representado con rayos emanando de sus hombros. Al contrario de la actual tradición occidental, el detrimento del Sol en el signo no tenía lugar cuando la Luna estaba llena allí. Incluso las actuales garras del escorpión habían pertenecido a Libra en la antiguedad, una constelación que alguna vez fue denominada Las Pinzas del Escorpión. En la decoración hitita, el momento de la Luna llena es seguido por el día de Nergal de GIR.TAB, una constelación también muy relacionada a UR.GU.LA (Leo), ya que ambas hacen referencia a las diferentes expresiones que puede adoptar el calor del Sol.
El inicio del mes lunar hitita está más asociado a GU.AN.NA (El Toro del Cielo), la constelación donde se exalta la Luna, donde despierta la fertilidad en el mundo con los rayos de tormentas, como naturaleza salvaje que aumenta con los ríos de GU.LA. Esta última era la constelación de Ea, el dios de la Tierra que vivía en las aguas abismales y que solía estar representado con dos ríos emanando de sus hombros, sosteniendo un águila (posteriormente fue asociado al Saturno romano, y la constelación derivó en Acuario). La constelación incluía a una estrella asignada a la ciudad de Eridu, la más antigua de la Mesopotamia, donde se habrían guardado antiguos conocimientos pre-diluvianos. La emanación de conocimiento recuerda a la representación de Ea. Mientras que al león de UR.GU.LA, la constelación opuesta, se lo suele representar sobre la serpiente Tiamat, la diosa del caos y el mar salado que así queda dominada (la que luego derivó en la actual Hydra). Así quedan Shamash de UR.GU.LA y Nergal de GIR.TAB emparentados como representantes de los diferentes aspectos del Sol: hay un control sobre la naturaleza, la que se hace presente con los ríos de Ea en GU.LA, y hay un desierto que se opone a la fertilidad de la Luna exaltada Sin en GU.AN.NA.
En estas relaciones, aparecerían dos pares de signos: Tauro & Acuario opuestos a Escorpio & Leo, de la misma manera en que aparentemente han sido aludidos en la representación hitita de los días del mes lunar. Estas relaciones también fueron un motivo muy recurrente en el arte asirio de la Mesopotamia y en Persia, bajo la forma de los lammasu, y mayormente como la rivalidad entre un león y un toro.
volver al índiceVI. Signos del Zodíaco
Los hititas estuvieron influenciados por tradiciones de raíz indoeuropea (Babilonia) pero también por influencias no-indoeuropeas. De hecho, su lenguaje y escritura aún hoy permanecen desconocidos. Y, si bien el Reino Hitita gobernó del 1650 al 1190 A.C., se estima que su población ya se hallaba presente en el territorio desde la segunda mitad del IIIer milenio A.C. Los orígenes e influencias cruzadas dificultan definir qué pueblo influyó a cuál y cuándo. Pero lo más común es ubicar el origen del conocimiento astronómico-astrológico en las tierras del Sumer. También hay quienes afirman que habría llegado allí desde Persia.
Por ello, también es difícil adherir tanto a lo que indican los estudios formales como a lo que sugiere el folklore, y muchas veces ambas fuentes resultan provisorias. Aquí se han mencionado las fechas que aporta la Arqueología, algunas relaciones numéricas y algún que otro concepto que podría estar relacionado a los conteos (las divisiones del arco en 8 y 12 fases, y la técnica de progresión 1 año = 1 mes, que actualmente se practica en Astrología con la base 1 año = 1 día). Pero estos números y conceptos suelen estar asociados a perspectivas mucho más tardías en el tiempo, a otras culturas, e incluso a regiones alejadas de Asia Menor.
Los antiguos babilonios primero vieron estrellas, y el Zodíaco vino después. Pero sus prácticas podrían haber provenido del Elam (antigua Persia, actual Irán). Allí, hacia el 4000 A.C., cuatro estrellas de gran magnitud se hallaban cerca de los puntos cardinales y eran denominadas "de la Realeza". Hoy son parte de los actuales cuatro signos mencionados anteriormente: Aldebarán (Tauro), Regulus (Leo), Antares (Escorpio) y Formalhaut (en Acuario en aquel entonces, ahora en Piscis Australis, aunque por su posición en el cielo aún recibe el líquido que derrama el cántaro del aguatero).
Tal como se mencionó en relación al dios de la Tierra Ea y la ciudad de Eridu, las estrellas estaban regidas por dioses y, a su vez, eran asignadas a ciudades. Muchas veces se menciona que, así como ellas se relacionaban en el cielo, las ciudades y reyes se relacionaban en la Tierra. Algunos relieves y esculturas muestran la conjunción de cualidades de signos o directamente rivalidad, y ello podría haber sido reflejo de relaciones mundanas, pero aquí han interesado esas mismas relaciones como representación astrológica del reloj lunar-solar hitita.
La unión de signos se observa especialmente en los lammasu, las famosas figuras híbridas con cuerpo de toro y alas de águila, presentes tanto en la Mesopotamia como en Persia. El toro a veces es reemplazado por un león, lo que se deduce a partir de las extremos de sus patas (pezuñas o garras). A veces la cabeza también aparece reemplazada por la del rey gobernante de la época. El cuerpo del animal además tiene cinco patas, una adición que genera un efecto visual definitorio: cuando la cabeza de la figura está girada, para observarla de frente hay que observar el cuerpo de costado, surgiendo así la impresión de que el rey se halla en movimiento. Pero si la figura tiene su cabeza alineada con el resto del cuerpo, al observarla de frente sólo se aprecian sus patas delanteras, y se recibe la impresión de que el rey está quieto.
Los lammasu muestran un trabajo de gran detallismo en la realización de la barba, las alas y los músculos del cuerpo. Y estaban ubicados en las entradas de palacios y ciudades porque se creía que ahuyentaban a los malos espíritus y a los enemigos. Por ello solían estar agrupados de a dos, cada figura a un lado de la puerta que custodiaban. También se los incluyó en el palacio de la ciudad de Pars, considerada la más avanzada del mundo en su época (s. VI A.C., Imperio Persa, más conocida por su nombre griego Persépolis). Al igual que Yazilikaya, fue declarada patrimonio de la Humanidad en 1979, y algunos relatos antiguos mencionan que, en el acceso a la sala principal, había dos espectaculares lammasu de rostro humano de 7 mts. de alto, encastrados en muros del doble de altura.
Pero hoy en día muchos de esos relieves y otros objetos valiosos de la época han desaparecido, aunque aún subsiste un tallado en uno de los muros de las escalinatas principales, mostrando la relación de signos a través de la lucha entre un león y un toro.
volver al índiceVII. Visiones separadas
El gran legado de observaciones correlacionadas a lo largo de milenios es la base de la Astrología. Sin él, no podría ser ejercida. Grandes intereses posteriores simplemente se han dedicado a expandir sus áreas de influencia, en la clásica separación entre ámbitos y prácticas (astronomía y astrología, lo natural y "lo divino", lo físico y lo virtual). Incluso hay quienes afirman que en la antigua Mesopotamia se utilizaban dos tipos de calendarios, uno "rústico" (ligado al trabajo de la tierra) y uno "sagrado" (relacionado a cultos o religiones).
De esa manera, todo lo que queda por fuera del cálculo astronómico progresivamente ha sido considerado como una proyección simbólica, o simplemente un símbolo o virtualidad. Incluso hoy en día, hay quienes consideran a la Astrología como una práctica de identificación personal, especialmente desde que se comenzaron a confeccionar horóscopos individuales de manera masiva.
En otros tiempos, la Astrología era exclusivamente practicada en torno a la vida de gobernantes y sus dominios, en épocas en las que la autoridad se volvía legítima si emanaba de las estrellas. En la actualidad, hay quienes consideran que la Astrología deriva en un medio de control masivo en base a las identificaciones personales que ese tipo de difusión promueve.
En este artículo, estrellas y constelaciones fueron mencionadas a partir de una Astrología de correlación atea y vital. Como tal, su origen se pierde en el tiempo, no tiene final, y trae al presente la observación histórica como una práctica permanente. Cuestiones temporales relativas a su uso, su reducción a una virtualidad simbólica personal (o la contraparte, su exaltación como campo que no pertenecería a este mundo, más allá de todo y de todos), no tienen nada que ver con la perspectiva que así se mantiene. Desde este punto de vista, la Astrología sí tiene sentido, pero no es un sentido personal ni simbólico. A diferencia de las divisiones clásicas, no aporta certezas y no es un factor de poder. Simplemente es una práctica que atañe a todo ser y cosa viviente en este mundo, una práctica que se ha heredado sin saber muy bien de quiénes ni desde cuándo se ha venido desarrollando. Por tal motivo, este artículo ha incluído tanto referencias formales como informales, de distintas épocas, sin importar la separación tradicional entre perspectivas, y sin reducir su práctica a un mero medio de influencia.
volver al índiceVIII. Enlaces de Interés
- Hittite Monuments - Yazılıkaya. Un proyecto digital de humanidades que ofrece referencias visuales de los monumentos más importantes de la civilización y cultura hitita/luwiana, durante los períodos Hitita / Neo-Hitita. Crédito de las imágenes en este artículo: Tayfun Bilgin, www.hittitemonuments.com, v. 2.00.
- Estudios Luwianos. Una organización suiza dedicada al estudio en profundidad de la civilización hitita, su historia y costumbres.
- Origins of the Ancient Constellations. I: The Mesopotamian Traditions, de John H. Rogers (1998). Documento online en .pdf que describe los principales cambios en las figuras que representaban a las constelaciones de la antigua Mesopotamia en Asia. En base a pictogramas, inscripciones en piedra y registros de textos, menciona seis etapas de desarrollo, entre el 3200 A.C. y 500 A.C.
- Celestial aspects of Hittite religion, Part 2, de Eberhard Zangger y Rita Gautschy (2019). Documento online en .pdf, totalmente enfocado en Yazilikaya como lugar que proveía de un calendario al Reino Hitita. Una perspectiva desde la arqueoastronomía.
Comentarios
Anímate y deja un mensaje. Siempre respondo personalmente y a la brevedad.